La diabetes: una enfermedad crónica que afecta a todo el organismo

En el curso de su evolución puede conducir a la aparición de complicaciones crónicas como retinopatía, nefropatía, y neuropatía así como incrementar el riesgo cardiovascular con inclusión de cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular y arteriopatía periférica.

La neuropatía y arteriopatía son las complicaciones más frecuentes en la diabetes. Alrededor de un 40% de los diabéticos tipo 2 presentan problemas en las extremidades inferiores e intervienen con mucha frecuencia en la afectación de los pies. Así la correcta atención del pie diabético requiere de concurso de los diferentes profesionales, desde la atención primaria a la especializada. La coordinación entre estos dos es decisiva. Debe quedar bien establecido cuándo y en qué circunstancias debe remitirse los pacientes desde la asistencia primaria a la especializada.

Los criterios de derivación son los siguientes: pacientes con ausencia de sensibilidad, superficial y profunda aunque no exista úlcera deben ser remitidos al podólogo para valoración de riesgo (puntos de hiperpresión, estudios dinámicos del calzado) cuando exista lesiones superficiales que no evolucionan correctamente, úlceras profundas, presencia de celulitis y/o sospecha de absceso, ausencia de pulsos periféricos, en ausencia de alteración neuropática. El reconocimiento temprano es importante para prevenir consecuencias mayores e incluso salvar la extremidad.

En el nivel especializado el podólogo es fundamental. No obstante, la complejidad del problema exige la constitución de un equipo multidisciplinario.

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